¿Has de irte ira?
Me duele la cabeza y el espíritu.
El banco me ha sorprendido una vez más, con su implacable burocracia.
Más aún que otra veces.
Más aún que otra veces.
He decidido salirme del sistema, presa de una furia que se
me hace indescriptible en medio de mi enojo.
Ni siquiera he tenido la energía de gritarles, de llorar,
presentar una nota para reclamar.
Me he rendido en silencio. Presa de una sensación de desasosiego
que no condice con la importancia real del problema.